jueves, 15 de diciembre de 2011

Perdiz roja (Alectoris rufa)

24x30 Acuarela sobre papel de guarro



En mi tierra, Écija, las temperaturas estivales alcanzan temperaturas extremas en verano. Los vientos de levante, aquí llamados solanos, secan hasta el alma. No es solo que a pleno sol se soportan temperaturas de 49º centígrados, sino que el maldito solano no permite ni refrescarte a la sombra.

Los animales aprovechan cualquier sombra para refrescarse. La escasa agua es codiciada y buscada por todos, cualquier charco es un pequeño oasis donde apagar la sed.


                                                    Écija, 15 de diciembre de 2011


                                                             Pablo Reina



sábado, 10 de diciembre de 2011

El rio Genil


Sus aguas turbias engañan. Parecen sucias, su color achocolatado cuando llueve, recuerda a un café con leche enorme. A su paso por Écija, el Genil, que en verano se pasea tranquilo, desata su furia cuando llueve y se desborda por sus márgenes inundando de lodo todo a su paso. Las personas que viven en sus orillas lo quieren pero también lo temen y lo miran preocupado cuando las lluvias persisten. Aun así su nombre evoca vida, sus orillas pobladas de viejos árboles sirven de refugio a numerosos pájaros y sus aguas hacen ricas las tierras que bañan. 

                      Écija, diez de diciembre de 2011

                                            Pablo Reina

                                       


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