Retrato de mi hijo Jaime en Almería. Mientras se quitaba las sandalias le saque esta foto que luego pinté al óleo. Uno de mis primeros retratos. Lo realicé en el aula municipal de pintura de Écija, bajo la dirección de mi profesora Milagrosa Rueda. Fue un dibujo difícil, pues acostumbrado a esbozar primero a carboncillo, Mila no me dejó, y tuve que encajarlo a pincel. Como he dicho no estaba habituado a esta forma de iniciar un cuadro y por ello cuando el trabajo estaba en un punto bastante avanzado, Mila se quedó mirando el cuadro y lamentándolo mucho me dijo que la cabeza caía un poco hacia delante y tendría que volver a pintarla, pero en su lugar preciso. Tenía toda la razón, como casi siempre, y después de subsanar el fallo quedé bastante satisfecho del resultado.
Las obsesiones no son buenas y aunque la mayoría veían la dificultad en la figura, mi gran preocupación era la roca. La dejé para el final y no sabía cómo atacarla, le daba vueltas y la pintaba sin ton ni son, pero un día en que las musas se apiadaron de mí, con unas pocas pinceladas termine la piedra. Cuando lo miro, me fijo más en la roca que en mi hijo, pero como he dicho las obsesiones no son buenas y menos en un cuadro.
Espectacular, parece la fotografía original.
ResponderEliminarDavid Budia
Hola Pablo, enhorabuena por esta preciosa pintura. Se nota que detras del pincel hay alguien con mucho talento, y con un nivel de exigencia muy alto.
ResponderEliminarEn cuanto a las obsesiones, mi opinión es que estas no son buenas cuando afectan negativamente a tu vida, pero no, si gracias a ellas consigues hacer las cosas mejor.
Saludos.
me encantan tus comentarios a los cuadros y fotos.me encanta como escribes, este talento es la herencia que te dejo tu padre y me gusta que lo compartas. Un besote, tu helllmana
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