24x30 Acuarela sobre papel de guarro |
En mi tierra, Écija, las temperaturas estivales alcanzan temperaturas extremas en verano. Los vientos de levante, aquí llamados solanos, secan hasta el alma. No es solo que a pleno sol se soportan temperaturas de 49º centígrados, sino que el maldito solano no permite ni refrescarte a la sombra.
Los animales aprovechan cualquier sombra para refrescarse. La escasa agua es codiciada y buscada por todos, cualquier charco es un pequeño oasis donde apagar la sed.
Écija, 15 de diciembre de 2011
Pablo Reina
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