La liebre ibérica (Lepus granatensis) es una subespecie endémica de la península ibérica de la liebre europea. Es algo menor que la europea y es en su capa donde encontramos el rasgo más característico para diferenciarla, pues el color del vientre es de un blanco más sucio en la ibérica extendiéndose por las patas posteriores y anteriores, formando una banda muy diferenciada.
Otra característica curiosa de las liebres es su capacidad de guardar el esperma del macho, de modo que puede quedarse preñada de un mismo macho en dos camadas distintas con una sola fecundación. Y si el embarazo se malograra, el embrión no sería abortado, sino que se reabsorbería.
Las hembras paren normalmente dos crías al aire libre, pues no hacen madrigueras, y a las que mantendrán juntas durante los tres o cuatro primeros días, luego las separaran y mantendrá escondidas en lugares distintos yendo a amamantarlas por turnos, de esta manera si apareciera un depredador no perdería la camada entera.
La liebre es un atleta y como tal su cuerpo está preparado para ello. Cuando en el campo ves una liebre acosada por una collera de galgos es algo increíble. Como estas dos especies están preparadas para competir, aunque son los galgos los que tienen la mayor ventaja, hay muchas liebres que se escapan de ellos, si no encuentran su perdedero tapado por los galgueros que no respetan las reglas del juego.
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